"Conversas en Ares", con Antonio Seijas Cruz.

“CONVERSAS EN ARES”, con Antonio Seijas Cruz.

Escritor, Poeta, Pintor, Dibujante, Diseñador.

Por Conchi Ramil.

Antonio Seijas Cruz, es el protagonista de la entrevista de este mes en Xente de Ares. Licenciado en historia del arte por la Universidad de Santiago de Compostela. Persona con una prestigiosa trayectoria. Polifacético donde los haya, historiador del arte, ilustrador, fotógrafo, pintor, escritor, poeta, dibujante, diseñador. Aprovechamos en esta entrevista para conocerlo un poco más.

-Fecha de nacimiento y lugar:

19 de julio de 1976, Ares.

-Mis aficiones:

Libros, pensar, perderme, hacer reír a la gente, arte, cine, seguir pensando y no acabar de encontrarme.

-Tuviste siempre en mente que querías hacer la carrera de Historia del Arte?

No, de hecho quería hacer Bellas Artes, pero fui de los pocos que se quedaron fuera aquel año al no pasar las pruebas de acceso, no me cogieron ni para la lista de reservas. En un primer momento pensé volver a presentarme al año siguiente, y entretanto hacer otra cosa. Esa cosa, tras sopesar otras opciones, fue Historia del Arte. Pero una vez que empecé ya no me apeteció dejarlo a medias.

-En que momento de tú vida decidiste dedicarte al arte de una forma profesional?

Inconscientemente desde siempre, creo. Aunque de pequeño decía que quería ser “dibujador, escribidor o naturalista” pero también me hubiese gustado también ser entomólogo, arqueólogo, botánico, bibliotecario, siempre me interesó también todo lo relacionado con el espacio, la filosofía, la cocina, la historia... pero al final imagino que el arte es lo que me define más, es lo que soy, mi manera de estar en el mundo y de intentar comprenderlo, y de intentar comprenderme. Es más un tema vital que profesional. Después de trabajar en cosas distintas después de acabar la carrera, sin darme cuenta fui entrando (y aún sigo haciéndolo) en este mundo de manera profesional.

-De todas tus facetas, con cual te sientes más identificado?

Yo no distingo esas facetas. Desde el punto de vista técnico sí, claro, no es igual pintar que escribir, pero para mí es todo lo mismo.

Es tener un torrente continuo de pensamiento, absurdamente con preocupaciones metafísicas, existencialistas... a las que necesito encontrar respuesta, con la frustración de saber que nunca será así. Esas inquietudes son las que me conforman como ser humano y trato de resolverlas a través de la expresión artística, algunas creo que se explicarán mejor a través de la imagen, del cómic, otras a través de la escritura, otras veces parecen intuirse respuestas a través de la fotografía... de ahí viene la elección del medio, pero sólo cambian cosas superfluas como lo son las herramientas, pero la fuente, la intención y el propósito es el mismo. Si tuviera conocimientos (o tiempo para adquirirlos) seguramente también compondría música o haría alguna película. Pero ni por asomo me considero ni escritor, ni fotógrafo, pintor, ni mucho menos poeta, le tengo demasiado respeto a todas esas profesiones. Como mucho ilustrador porque profesionalmente es lo que me ha definido de cara a los demás. Pero no me siento identificado con nada de eso en especial. Lo que me define como artista es también lo que me define como persona. Soy igual que de niño, pero envejecido, alguien que no entiende qué hace aquí, y que tiene el pulso interior irrefrenable de la creación que le permite apaciguarse por momentos.

-Y más cómodo?

La comodidad en este caso viene dada por la naturaleza del trabajo, no por el medio. Mi trabajo principalmente consiste en realizar encargos de ilustración, diseño, algún encargo de pintura, etc. En los encargos lo más habitual es que te veas encorsetado hasta cierto punto porque te debes a un cliente. Aunque te den cierta libertad creativa, al final esa libertad está cercada por el tipo de encargo que es.

Completamente cómodo me encuentro con mis proyectos personales, a los que, por desgracia, no dedico apenas tiempo, pero ahí, independientemente de pintar, dibujar, escribir, etc, tengo libertad para hacer lo que quiera, y es realmente son los que me da la vida.

-Cuál fue tu primer trabajo?

Entiendo que la pregunta se refiere a remunerado. Fue una ilustración para un artículo de la revista “Más Allá de la Ciencia”, que por entonces dirigía mi querido y admirado Javier Sierra. Alrededor del 2005, creo.

-Cuando escribes, en que te inspiras, historias reales?. Historias ficticias?

Como decía, lo que eres como artista es lo que eres como persona. No puedo separar ambas cosas. Las vivencias, los sentimientos, lo que lees, lo que ves en una película... todo eso, inconscientemente se va cocinando dentro de uno y se refleja de algún modo en lo que creas. Lo que llamamos realidad no me interesa mucho, o más bien nada. Puede inspirarte algo y ser tomada como punto de partida, pero artísticamente busco lo que hay detrás. Algo más profundo.

-De todos tus libros escritos, cual es al que más cariño le tienes?

La verdad es que, cada vez más, voy sintiendo más desafección por todo lo que he hecho. Me queda el cariño a algunas memorias y recuerdos concretos ligados más a lo que rodeó a cada obra después de su publicación que a la obra en si.

Como mucho creo apreciar a ratos lo que hago en el momento en el que lo estoy haciendo.

-Escribir un libro, editarlo y que luego vea la luz para que llegue al público, es complicado?

Es un milagro. Porque, para empezar,  económicamente no compensa ni de lejos a no ser que se convierta en un superventas, y eso estadísticamente es un improbable. Y digo que no compensa no porque ganes poco, sino porque pierdes dinero. Un ejemplo simple, de un libro el autor se lleva el 10% de su precio de venta al público. Un libro de 11 o 12 euros, si quieres o tienes que ir a presentarlo a Vigo, tendrías que vender allí más de 50 ejemplares para que te compense la gasolina y los peajes, ya no digo para sacar el mínimo rendimiento económico. Y 50 ejemplares los venden autores muy conocidos.

Además escribir un libro, hacer un cómic... no es tarea de dos días. Hacer un cómic largo, con dedicación casi exclusiva puede llevar tranquilamente un año o más. Nadie te va a pagar el sueldo de un año para que puedas hacerlo porque no se venden lo suficiente para ello y la época de los Médici ya ha pasado. En el siglo XXI nadie da nada a cambio de nada. Lógicamente las editoriales son empresas y buscan y necesitan un beneficio.

Y aún así haces el cómic porque sientes que tienes que hacerlo. Cuesta un mundo publicarlo, y ya no digo encontrar una editorial mínimamente seria o alguien que te ofrezca unas condiciones dignas. He tenido la fortuna de que tres de mis cuatro cómics han ganado uno o varios premios, y el otro ha estado nominado a un importante premio a nivel nacional. Y aún así a día de hoy si quiero publicar uno nuevo tengo muchas dificultades para que alguien quiera editarlo.

Esto no es un trabajo, es una vocación insana.

-Has recibido numerosos premios. Cuál fue el que más ilusión te hizo?

Un premio depende de la fina línea que supone que un solo miembro del jurado te vote a ti y no a otro. Quiero decir, que si en vez de un jurado estuviese otro, a lo mejor ya no ganabas el premio. No eres ni mejor ni peor por ganarlo. A mi me sirve para, por lo menos en el momento, pensar que a lo mejor lo que hago no es tan malo como a mi me parece, pero no tiene mayor importancia que eso, o que esa obra tenga un poco más de “escaparate” de cara al público.

Por distintas circunstancias personales no recuerdo haber ganado un premio y poder estar ilusionado ni ese día entero.

Quizá pueda destacar ahora este último “Premio de Poesía Cidade de Ourense”, que es un certamen prestigioso, por el hecho de que unos meses antes no hubiera ni imaginado el presentarme a un concurso de poesía o ni tan siquiera haber escrito un libro entero de poesía.

Suelo tener la sensación de que por lo general no se toma en serio a alguien que trabaja en varios campos, porque me ha tocado vivirlo en cuanto he hecho algo diferente a la ilustración, que se supone  que es a lo que me tengo que dedicar . He tenido que oír comentarios con recelo y en ocasiones en tono algo despectivo del tipo: “Mira ahora como se le da por hacer... (pintura, fotografía, escribir una novela, etc)“.

Parece entonces que si haces algo nuevo y llega bajo el paraguas de un premio, estarías algo más protegido de ese recelo. Y aunque seguramente no es así, la ilusión de creerlo por un instante calma un poco.

Y no quiero decir con todo esto que lo que hago tenga un mínimo de calidad o que deba ser apreciado, sino que por lo menos se trate de no prejuzgar.

-De los diseños que has realizado tanto para libros como para discos, con cual te quedarías?

Posiblemente con los que les hago desde hace años a la banda noruega “Gazpacho”. Tenemos una percepción similar de lo que es el arte. Y la fusionamos, creo, que con bastante efectividad. Buscamos ambas partes, ellos a través de la música y las letras y yo a través de la imagen, las capas más profundas del ser. A pesar de que vamos dirigiendo un poco entre todos el aspecto visual, me siento muy libre a la hora de crear, buscar y sentir el espíritu de la música que tengo que representar. Me hace sentir que hago algo que merece la pena, que se puede hacer arte verdadero.

-Dentro del mundo de la pintura, con que género te identificarías?

Nunca lo he pensado, porque no es algo que me preocupe en absoluto. Las etiquetas sirven para ordenar la realidad de un modo que no me interesa. No creo que me identifique con ninguno porque me gusta variar, experimentar. Repetirse en lo que a uno le es más cómodo es tan fácil como inútil si lo que buscas es hacer arte de verdad.

-Cuando empiezas a pintar un cuadro, que es lo primero que se te pasa por la cabeza?

Literalmente: “A ver si no haces una mierda y te sale algo decente de una vez”

-De todas las exposiciones que has realizado, cual es para ti la más significativa?

Seguramente la de “Sargadelos” en Ferrol por ser la primera, y por ser la primera vez que pintaba. Siempre la recordaré con mucho cariño. Me hizo ilusión también la que hice en “Ramses” en Madrid por la cantidad de gente querida que tengo allí y que se acercó a apoyarme, como siempre hacen.

-Has hecho alguna exposición en Ares?

No.

-Crees que la sociedad en general se interesa por la cultura y el arte?

La sociedad en general no. Y por la cultura y el arte con cierta carga transcendente todavía menos. Estamos en una época además en la que se llama arte o cultura a casi cualquier cosa. Se confunde cultura con entretenimiento. La verdadera naturaleza y función del arte nos es desconocida, solo podemos apreciar distintas aristas, una, seguramente, sea la de entretener, pero quedarse con eso sería reducirlo de manera caricaturesca. El arte nos hizo humanos. Cuando en la prehistoria pudimos expresar el pensamiento mágico nació el ser humano moderno, ese fue el punto de partida. Fue un chispazo inmediato, no una evolución. Y eso es un misterio enorme que no alcanzaremos a comprender.

Hoy en día todo parece un elogio a lo inmediato, a lo fugaz, lo trascendente no existe. Hasta en la gente que va a exposiciones se ve, muchos no se paran ni cinco segundos en intentar “ver” una obra. Esa gente puede presumir de que le interesa la cultura y el arte porque van a exposiciones, pero ¿realmente es así?

También las redes sociales son muy engañosas, puedes recibir, 500, 600 “likes” si publicas un libro, pero al final sólo 10 lo comprarán. Ojo, que me parece bien que no lo hagan, cada cual tiene sus posibilidades o prioridades, pero lo digo como ejemplo de que una cosa es la apariencia y otra la vida real.

No hay interés por el arte, no hay interés por lo verdaderamente profundo.

-Somos los gallegos aficionados al arte y la cultura?

No tengo la suficiente perspectiva para hacer comparaciones y dar una respuesta con suficiente base.

-Tu novela gráfica “Un hombre feliz”, ha sido adaptada al radio-teatro, por la Radio Nacional Eslovena, que supuso para ti?

Una sorpresa. Una amiga eslovena compró el cómic porque su hermana sabía español y se lo podía ir traduciendo. Casualmente trabajaba en la radio y la obra le encantó de tal manera que me pidió permiso para hacer la adaptación, y así lo hicieron, con actores, añadiendo efectos de sonido, componiendo música para ella... con tantísimo respeto, cariño, profesionalidad y calidad... sorprendente. ¡Y de vez en cuando se sigue reponiendo!

-Es complicado vivir del arte y la cultura?

Mucho. A nivel económico y a nivel personal. Económicamente ya he explicado un poco las dificultades. A nivel personal es más complejo, porque tienes la convicción interna de que esto es lo que tienes que hacer, como que no tienes ninguna otra opción. Pero realmente el 99% del tiempo no le ves sentido a hacerlo. Te convences de que no sirve para nada ni vale la pena. Y aún así, sin saber por qué, sigues caminando.

-En que proyecto o proyectos estás ahora mismo?

Siempre con muchas cosas en la cabeza, me gustaría hacer unos cuantos proyectos personales, pero en esta profesión especialmente, el tiempo es dinero. Quiero decir, si tienes dinero te puedes dedicar a lo que realmente te inspira y te llena, pero como no lo tienes hay que ir haciendo encargos que pueden gustar más o menos para ir subsistiendo pero que te quitan el tiempo y la energía para hacer lo que realmente quieres y necesitas hacer.

-Profesionalmente, como te afectó esta pandemia que estamos viviendo?

Mucho, se paralizó todo a nivel editorial, con las librerías cerradas y sin posibilidad de presentaciones, las editoriales detuvieron las salidas de nuevos libros. Lo que conlleva que se paralicen los encargos de nuevas obras. A día de hoy seguramente algunas de las novedades que aparecen en el mercado están hechas desde 2020. Y poco a poco espero que se vaya reanudando todo, sin contar con que muchas editoriales han tenido que desaparecer.

En cuanto a exposiciones, algo similar. No se podían hacer, y ahora se irá recuperando la normalidad en cuanto a asistencia, etc. Pero imagino que estará todo tan saturado de fechas que para poder exponer algo pasarán años.

En general sigue todo tratando de arrancar dos años después, pero si se vuelve a lo de antes, que ya era precario, aún tardará.

-Que le pides a este año 2022?

Nunca pido nada.

-Algo que te gustaría olvidar?

La memoria y los recuerdos son los que nos moldean como personas. Uno pierde algo de si con cada recuerdo que se desvanece. Con los años los recuerdos de dolor van superando a los de felicidad, pero son los que me han ido definiendo como ser humano. No quiero olvidar nada. Tengo buena memoria además.

-Un sueño que te gustaría ver hecho realidad?

Los sueños fueron y van  ardiendo por el camino.

Cuestionario rápido:

Un color: Cualquiera de los que nos da el mar y la luz.

Playa o montaña: Ambas, pero sin gente.

Una comida: Cualquiera de la cocina gallega y japonesa

Una bebida: Zumo de naranja.

Una canción: “Out of this world” de Marillion

Una película: Me perdería en Mulholland Drive o Twin Peaks de Lynch, Tarkovski...

Un libro:Pasión de la tierra” de Vicente Aleixandre, “El cuarteto de Alejandría” de Lawrence Durrell, “Rayuela” de Cortazar, cualquiera de Gamoneda, Pizarnik, Joseph Campbell...

Un lugar para visitar: La soledad interior.

Una persona a la que admires: Por suerte he podido decirle a la gente que admiro que la admiro.

Un defecto: Todos los inherentes al ser humano y alguno más seguramente.

Una virtud: Ser consciente de que no tengo.

Una frase para el recuerdo:  Mi abuelo siempre decía: “Es de bien nacidos ser agradecidos”. Trato de honrarle a través de ella.

NOTAS DE LA AUTORA:

Muchas gracias por dedicarnos este tiempo. Intentamos a través de esta entrevista, que la gente te conozca un poquito más, profesionalmente hablando.

Antonio, un joven tímido que ha sabido abrirse camino en un mundo difícil. Desde Xente de Ares, te deseamos que puedas disfrutar el resto de tu vida de aquello que más te gusta y no dudes, que nosotros te seguiremos.

Por un año 2022 lleno de éxitos. ¡Gracias!

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